Cada 30 de junio, en Argentina se celebra el Día del Trabajador Molinero, una jornada que busca reconocer y valorar el esfuerzo de quienes trabajan en los molinos, especialmente en la industria de la molienda de cereales como el trigo, el maíz y otros granos esenciales para la alimentación.
¿Por qué se celebra el 30 de junio?
La fecha conmemora la creación de la Federación Argentina de Trabajadores Molineros (F.A.T.M.), entidad que nuclea a los empleados del sector y que ha tenido un papel clave en la defensa de los derechos laborales, salariales y sociales de estos trabajadores.
El trabajo molinero es fundamental en la cadena alimentaria: transforma el grano en harina y otros derivados que luego son utilizados en una inmensa variedad de productos, desde el pan hasta las pastas. A menudo invisible, su tarea resulta indispensable para el abastecimiento diario de millones de personas.
Una labor con historia y compromiso
Los trabajadores molineros no solo manipulan maquinaria pesada y operan complejos sistemas industriales, sino que también llevan adelante un oficio tradicional con alto grado de conocimiento técnico y responsabilidad. Su labor exige precisión, cuidado del grano, control de calidad y cumplimiento de estrictas normas sanitarias.
Más que una conmemoración
Este día no solo es un homenaje, sino también una oportunidad para reafirmar la importancia del trabajo digno, la seguridad laboral y la justicia social en todos los sectores productivos del país. Desde el molino más pequeño hasta los grandes complejos industriales, cada trabajador molinero aporta al desarrollo económico y al bienestar de la sociedad
Día del Trabajador Molinero

homenaje a una labor esencial para la alimentación