Señor Jesús, Tú eres el dueño del tiempo, de mi existencia, te doy gracias porque me permites despertar una vez más a este nuevo día.
Permite que esta oración ilumine mi entendimiento y fortalezca mi voluntad, para dejarme llevar por el camino de la santificación.
Hoy me pongo en tu presencia y te pido perdón por los momentos en los que he dudado de tu amor. Perdón por quejarme de lo que siento que me falta cuando en realidad tengo todo lo que necesito. 
Es porque tengo los ojos cerrados y no miro lo que tengo a mi alrededor, no he aprendido a ver con humildad lo que sufren más que yo mis hermanos. Enséñame Jesús a valorar lo que me confías de tu providencia, a descubrirte en lo grande y lo pequeño. 
Abre mis ojos para descubrir que lo más importante lo tengo aquí conmigo: tú, Señor. Tú eres el que camina sobre mi barca, sólo vi la tempestad afuera donde existen problemas. Miré la inmensidad de ellos, pero no miré que quien todo lo puede está a mi lado.
Amén.
ORACIÓN DE LA MAÑANA
