NUESTRA SEÑORA DE LA DULCE ESPERA

- PUENTE CATÓLICO GR

NUESTRA SEÑORA DE LA DULCE ESPERA
NUESTRA SEÑORA DE LA DULCE ESPERA



Virgen de la Dulce Espera, Madre del Silencio fecundo, Tú que llevaste en tu seno al Verbo eterno, envuelto en la fragancia de la esperanza, acoge hoy nuestra oración como incienso que sube al cielo.

Tú, que caminaste entre luces y sombras, con el corazón palpitante de fe, enséñanos a esperar con ternura, a confiar en el milagro escondido en cada latido de vida que germina en lo secreto.

Bendita seas, María, por cada madre que, como tú, abraza el misterio de la maternidad. Bendice sus cuerpos que se transforman, sus almas que se ensanchan, sus días que se llenan de promesa.

Hoy te suplicamos, Señora, por los niños que aún no han nacido, por aquellos que duermen en el vientre como estrellas en formación. Protégelos con tu manto de luz, guárdalos del temor, del abandono, de la fría decisión del aborto que apaga su alborada.

Madre de la Vida, intercede por los pequeños que corren el riesgo de no ver la luz, por los que son amenazados por el olvido, por los que no tienen voz ni defensa. Que tu ternura los envuelva, que tu presencia toque los corazones endurecidos, y que el amor triunfe sobre la desesperanza.

Mira también, Virgen fiel, a las mujeres que lloran en silencio, que dudan, que temen, que se sienten solas. 
Muéstrales que cada hijo es un canto de Dios, una promesa de eternidad, una semilla de redención.

Que en cada vientre florezca la esperanza, que en cada hogar se celebre la vida, que en cada decisión resplandezca la misericordia. Y que tú, Madre de la Dulce Espera, nos enseñes a esperar con amor, a bendecir con fe, a proteger con valentía...

Amén.

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