Cada 9 de julio, Argentina conmemora uno de los hitos más importantes de su historia: la declaración de la Independencia, proclamada en 1816 en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Este día marca el momento en que las Provincias Unidas del Río de la Plata rompieron oficialmente los lazos coloniales que las unían a la monarquía española.
Un acto histórico en Tucumán
El Congreso de Tucumán, reunido desde marzo de 1816, fue el espacio donde representantes de distintas provincias deliberaron en un contexto político complejo, tanto a nivel interno como internacional. El 9 de julio, tras intensos debates, los congresales firmaron el Acta de la Independencia, estableciendo que las provincias “son libres e independientes del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”.
La sesión se llevó a cabo en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna, hoy conocida como la Casa Histórica de la Independencia, que se conserva como símbolo patrio y sitio de homenaje permanente.
Más que una fecha, un símbolo de soberanía
El Día de la Independencia no sólo recuerda la ruptura con España, sino que representa el nacimiento de un proyecto soberano, con identidad propia y vocación de autodeterminación. A lo largo del país se realizan actos oficiales, desfiles, homenajes, actividades culturales y celebraciones populares.
En Tucumán, epicentro de los festejos, autoridades nacionales suelen encabezar ceremonias en la Casa Histórica, reafirmando el compromiso con los valores de libertad, unidad y justicia social.
Un legado que sigue vigente
Más de dos siglos después, el 9 de julio invita a reflexionar sobre los desafíos de la independencia en el presente: la construcción de una sociedad más equitativa, la defensa de los derechos y el fortalecimiento de la democracia.
La historia de aquel 1816 sigue siendo un faro para repensar nuestro rumbo como Nación.
Día de la Independencia Argentina
