Con el bullicio propio de una celebración literaria, la Feria del Libro abrió este pasado 24 de abril (día del libro) sus puertas al público, convocando a miles de visitantes entre pasillos colmados de editoriales, charlas y firmas de autores.

En el día de ayer, como prensa, recorrí los distintos pabellones, donde editoriales independientes comparten espacio con grandes sellos. Se respira entusiasmo: presentaciones de novedades, debates sobre tendencias literarias y actividades para todas las edades marcan el pulso del evento.
También el contacto con los diferentes referentes de ONG's, que desean ser conocidos, dónde les brindan esa ayuda al que lo está necesitando, con su problema.

Destacada fue la presencia de autores reconocidos, que no solo firmaron ejemplares sino también ofrecieron diálogos abiertos con el público, generando momentos de cercanía y reflexión. Entre las propuestas, resalta una fuerte apuesta por la literatura juvenil, la inclusión de autores emergentes y un creciente espacio para la diversidad cultural.

La jornada culmina con una sensación clara: más que un encuentro de libros, la feria es una verdadera celebración de las ideas, los sueños y las palabras.