​El jockey Frank hizo historia en el hipódromo de Belmont Park, Nueva York. Pero no de la forma que él esperaba.

Hayes nunca había ganado una carrera antes,  ya que de profesión no era jockey, sino entrenador de caballos y mozo de cuadra. Al estar pasado de su peso ideal para la competencia, el joven se sometió a un brutal régimen de pérdida de peso.
Esto provocó que el jinete llegara en mal estado a la carrera y se notara muy agotado y deshidtratado.

Aún así su caballo "Sweet Kiss" voló en la pista y contra todo pronóstico ganó la carrera. Una hazaña extraordinaria, pero cuando se acercaron al caballo notaron que Hayes no reaccionaba, su cuerpo se hallaba inmóvil sobre el caballo. Murió de un ataque al corazón en plena carrera.

Los médicos determinaron que su pérdida extrema de peso en tan pocos días provocó su sentencia. Convirtiéndose así en el único jockey en ganar una carrera estando muerto.