Amado Señor Jesús,
En este jueves bendecido, nos acercamos a Ti con corazones agradecidos por un nuevo amanecer y por el inmenso regalo de la Eucaristía.
Reconocemos este día como un Jueves de Jesús Sacramentado, un día para honrar tu presencia viva y real entre nosotros.
Hoy, te suplicamos de manera especial por la vida consagrada y sacerdotal. Te pedimos, Señor de la mies, que sigas llamando y enviando obreros a tu viña. Que tu Espíritu Santo despierte en el corazón de muchos jóvenes una entrega generosa y un deseo ardiente de seguirte en el sacerdocio y en las diversas formas de vida consagrada.
Que no falten almas dispuestas a servirte con radicalidad, llevando tu mensaje de amor y salvación a cada rincón del mundo.
Padre bondadoso, en este día, queremos también entregar todas nuestras cargas y preocupaciones a los pies del Santísimo Sacramento. Ante tu presencia real, depositamos nuestras ansiedades, nuestros miedos, nuestras dificultades y todo aquello que pesa en nuestro corazón. Confiamos plenamente en tu amor y en tu poder para transformar y sanar.
Que este jueves sea un día de profunda comunión contigo, de adoración sincera y de abandono confiado a tu divina voluntad. Guíanos, ilumínanos y fortalécenos para vivir según tu propósito.
Amén. 
ORACIÓN DE LA MAÑANA
